La noción de que la innovación es un departamento dentro de una organización es una perspectiva limitada y anticuada. En la realidad del mercado global y dinámico de hoy, la innovación debe ser vista no como una función aislada, sino como el núcleo de la esencia y cultura de una compañía. Este enfoque integral es vital para empresas que buscan no solo sobrevivir sino prosperar en un entorno empresarial cada vez más competitivo y en constante cambio.
La Innovación como Cultura Organizacional
La verdadera innovación trasciende las barreras departamentales; se infiltra y se arraiga en cada aspecto de la organización. Esto significa que cada empleado, sin importar su rol o nivel jerárquico, es visto como un potencial innovador. La capacidad de una empresa para innovar se convierte así en una función del grado en que puede fomentar un entorno en el que las ideas nuevas y creativas son valoradas, exploradas y, lo más importante, implementadas.